Artículo originalmente publicado en el portal web de Gestión
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Es indudable que hoy por hoy las elecciones presidenciales están en el centro del debate para conocer quien será nuestro futuro presidente. Los diferentes perfiles de los candidatos han creado una incertidumbre generalizada en la actividad empresarial, y las fusiones y adquisiciones de empresas no son la excepción.
Dentro de los términos y condiciones que se negocian en los procesos de compra de empresas, es usual toparse con cláusulas sobre Efectos Materialmente Adversos o Cambios Materialmente Adversos (también llamadas Cláusulas MAC, por sus siglas en ingles).
En términos generales, las Cláusulas MAC tienen por finalidad evitar que el comprador se vea afectado por la ocurrencia de un evento – durante un periodo determinado – que pueda cambiar el escenario esperado. Por su parte, el vendedor realizará sus mejores esfuerzos por excluir la mayor cantidad de eventos posibles de las Cláusulas MAC, a fin que la consumación de la compraventa no sea observada.
La fecha de firma (fecha en la cual se suscriben los documentos de la transacción) y la fecha de cierre (fecha donde se produce la transferencia de acciones) en los contratos de compraventa de acciones es, en la práctica común, el periodo relevante para las Cláusulas MAC.
Dentro de los eventos más comunes que se suelen encontrar en las Cláusulas MAC están alteraciones al desarrollo ordinario de las actividades de la empresa o que se trabe algún tipo de medida sobre las acciones en venta.
Pues bien, actualmente, el proceso electoral también es un tema que esta sobre la mesa al momento de negociar un contrato de compraventa de acciones y, específicamente, una Cláusula MAC. En ese sentido, la elección de uno u otro candidato a la presidencia puede ser considerado como un evento que impida el cierre de una transacción.
Por ejemplo, es conocido que la consulta sobre el futuro político de Cataluña en el 2014 o el brexit en el 2016, fueron temas que participaron de varios acuerdos en el mundo de las fusiones y adquisiciones.
Sin duda, la elección de un candidato puede ser determinante para el mercado de las fusiones y adquisiciones. El caso de Argentina lo confirma, ya que pasaron de 35 transacciones en el 2015 (último año de Cristina Fernandez de Kirchner) a 206 en el 2016 (primer año de Mauricio Macri).
En todos los casos, esperemos que en las próximas semanas el panorama político se calme y, con ello, se alejen este tipo de preocupaciones.